viernes, 24 de febrero de 2006

Ubicuidad del conocimiento

UBICUIDAD: "Propiedad, atribuida a algunos seres espirituales y/o divinos, de poder estar en varios lugares (o en todos) al mismo tiempo", es lo que dice webdianoia, y el Diccionario de la Real Academia retruca que no existe el sustantivo sino el adjetivo... así:


(Del lat. ubi-que, en todas partes).
1. adj. Dicho principalmente de Dios: Que está presente a un mismo tiempo en todas partes.
2. adj. Dicho de una persona: Que todo lo quiere presenciar y vive en continuo movimiento.


Lo que viene a ser lo mismo, claro. En fin, que ser "ubicuo" o "tener ubicuidad" sólo es posible para Dios, para los dioses o espíritus o es un deseo y ansiedad continua para el hombre. El conocimiento no es un asunto espiritual, pero no es carnal o material, para muchos. Nadie tiene "el conocimiento". El conocimiento siempre fue un asunto de la mente. Por ello, se identificaba con algo tan aéreo como la voz, con la palabra dicha, o como dije en un post de casi ayer, con las "citas" repetidas de lengua en lengua. El libro, la letra, la escritura, son un remedo de la insondable realidad. Sombras en las paredes de la cueva, digamos. No podemos decir que el conocimiento está en los libros, sino entre sus líneas, en el desciframiento o en la experiencia de quien encuentra debajo y más allá una verdad. Si habláramos con metáforas modernas, "sigue los hipervínculos del libro y hallarás la perfecta red del Ser". Pero si el conocimiento no "está" en el libro, menos estará en una página web o en un archivo .jpg o .doc, que para muchos no son sino un pálido reflejo del libro. Nos alejamos cada vez más de la sabiduría.

Y ahora leo en un blog muy agudo una descripción que encarna en todos los alrededores de cada vez más personas...
(...) El regalo estrella de las navidades viene siendo desde hace tiempo el reproductor de MP3, y ya están empezando a usarse los PVR que no usan soporte físico. Los llaveros USB ya valen tan baratos que casi todo el mundo tiene uno; y ya son también económicos los de 1GB, que tienen más capacidad que los CDs. Por no mencionar los discos duros externos, que también se pueden llevar en la mochila cómodamente. Los propios discos duros ya tienen tanta capacidad que puedes meter casi todo. En resumen, que información guardada en un medio físico como un CD está menos a mano, y es más fácil tenerla en un par de discos duros, algún DVD, y llaveros USB diversos, que tenerla en CDs.


Puedo llevarme mi vida, condensada en archivos, por todos lados. Por ejemplo, con la suite sumamente útil de Portable Apps, de John Haller, tengo mi oficina conmigo, en USB (Usar Siempre Bastante): Open Office, Firefox, Sunbird (calendario), Gaim (mejor que MSN Messenger), Thunderbird (correo a la mano), Filezilla (FTP), NVU (editor web). Herramientas que van a pulular, portátiles y llevaderas (como los celulares y las deudas de tarjeta de crédito). No es que nos atiborremos de aparatos, es que nos queremos llevar con nosotros la vida cómoda. Ahora no es el hombre el que cambia al entorno, sino que el hombre es el entorno que se cambia. Somos un entorno. Entonces, llevándome todo conmigo, puedo seguir trabajando o creando en cualquier lugar. Lo cual es útil para los profesores del Perú, por ejemplo, porque no tengo que cargar papeles de trasnporte en trasnporte, de mi horario de mañana al de la tarde, de un colegio a otro. Así, me estoy llevando todo mi "conocimiento", todo lo que he trabajado y demuestra lo que sé y hago: mis exámenes, mis separatas, manuales o materiales educativos, mis amigos y teléfonos, etc. Aquí, se puede hablar de una UBICUIDAD del conocimiento no reservada solamente a los seres divinos o a los santos.

Pero hay algo más. Lo que llamamos "inconsciente" o pensamiento no conciente, o conocimiento esotérico, todo eso que se supone que es la esencia de las cosas, puede ser que se vea "trasladado", "revelado", por nuevas formas de hacer traslúcido lo opaco, de sacar a la superficie lo oculto. Dije en un post de hace poco que el conocimiento se genera también a partir de las relaciones nuevas y útiles que encontramos entre datos o información organizada de algún modo. Ya hace tiempo existe algo llamado "data mining (aquí y aquí2)", una especie de excavación re-organizadora de bases de datos, que saca a luz ciertos patrones ocultos. Ya hace tiempo también existe los que se llama "redes neurales", procedimientos o algoritmos que permiten encontrar patrones o perfiles nuevos y estables de datos (estas redes se usan en eso llamado "sistemas expertos" y más). Ahora encuentro dos curiosas convergencias de ámbitos distintos: el arte y Flickr, el servicio de exhibición de fotos.

Un artista llamado Jason Salavon (su web) se complace en generar obras de arte que son "promedios estadísticos" o "patrones repetidos" de películas, fotos, etc. Por ejemplo, 100 special moments, que reúne 100 fotos y las reduce a un patrón común. Quizá ese patrón común sea lo que nuestra mente capta y que se mantiene como una constante en nuestras conductas, eso que llaman "inconsciente" y que sale en los sueños como formas extrañas. Ahora, se puede encontrar o plantear al menos algunos procesos para visualizar esos patrones. Como el servicio Retrievr, que me parece sencillamente fascinante, y que me permite hacer lo que Salavon hace, de cierto modo. Dibujas o haces un trazo en una pantallita, con una línea de grosor y color variable, y en función de ese trazo, un algoritmo (basado en éste, dicen) busca fotos que lo satisfagan en el FLickr. Como ellos dicen:

" Personally, I see retrievr more as an "exploration" tool than as a "search" tool, and it seems to work very well for that." [Personalmente, veo a Retrievr más como una herramienta de exploración que como una herramienta de búsqueda, y parece que trabaja o se aprovecha mucho mejor de esa forma]

Personalmente, estas nuevas herramientas consiguen regresar el conocimiento a la luz, siento que el conocimiento no es algo oculto, aunque sigue oculto. Paradójicamente, permanece donde está pero está en todos lados. Y empieza a "democratizarse" sin demagogia, haciendo la actividad de conocer una actividad placentera, estimulante y pública. Ni secretos ni vergüenzas, sólo el placer de conocer.

Twitter / juanlapeyre